Tras su reconstrucción de posguerra, Officina 8 dentro de la planta de Piaggio en Pontedera fue el hogar del prestigioso Departamento Experimental de la marca. Esta era el área más vanguardista de toda la empresa, donde los proyectos más atrevidos tomaban forma. Desde finales de la década de 1940, aquí trabajaban diseñadores, dibujantes, mecánicos, maestros metalúrgicos y pilotos de prueba lado a lado, todos ellos profesionales altamente cualificados, muchos de los cuales procedían de la industria aeronáutica. Estos fueron los años de renacimiento, y toda Europa, trabajando para levantarse después de los oscuros años de guerra, se vio envuelta en una increíble explosión de renacimiento y creatividad. Un sentido de libertad redescubierta y fe en un futuro que solo esperaba ser construido fue la inspiración detrás de una serie de proyectos visionarios. Officina 8 fue donde las nuevas ideas, incluidas las más revolucionarias, cobraron vida por primera vez: en el taller se diseñó y prototipó la primera Vespa, tanto para la producción en masa como para las carreras y la consecución de récords. Los recortes para los trabajadores del metal, los modelos de chasis especiales y la fundición en arena para los motores experimentales se crearon internamente. El prototipo luego se entregó a los probadores de carretera, que recorrieron decenas de miles de kilómetros en estas motos antes de decidir cuáles poner en producción, o qué nuevos vehículos de competición construir. Aquí es donde nacieron las elegantes líneas y el estilo atemporal de la Vespa.
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